"El hombre es la única especie viviente que tiene el poder de actuar como su propio destructor—y es esa es la manera en que mayormente ha actuado a través de su historia". Ayn Rand.
Cuanta razón encierra esta frase. Sólo hay que ver las páginas de los periódicos y leer las notas rojas, las que hablan sobre catástrofes naturales y las calamidades causadas por el ser humano.
A veces no hacemos consciencia de lo que acontece a nuestro alrededor, de nuestras propias acciones.
En una ocasión escuché que una gota de aceite de cocina vertida en el drenaje contamina aproximadamente un litro de agua. Imagínense cuántos litros son contaminados cada que alguien cocina un huevo frito y desecha el aceite por el caño.
Si cada uno de nosotros se molestara en por lo menos evitar desechar de esta forma el aceite y colocarlo dentro de recipientes bien cerrados al momento de tirarlos a la basura, ayudaríamos de alguna forma a no ensuciar el líquido vital.
Poco a poco acabamos con nuestro planeta, nuestro hogar. La vida se ha tornado tan desechable, que todo termina siendo basura.
Ah, pero además de destruir nuestro planeta, estamos acabando con nosotros mismos. Insultos, degradaciones, discriminaciones, peleas bobas y las guerras, son muestra de lo desagradable y hostil que podemos llegar a ser con nuestros semejantes.
Creo que es momento de preguntarnos ¿Qué carajos estamos haciendo? A veces se nos olvida que todos somos seres humanos y nuestras diferencias sólo deberían enriquecer nuestro espírirtu, nuestra mente, nuestro corazón.
Por lo pronto me uniré a la Hora del Planeta, el día de mañana sábado 26 de marzo a las 20:30 horas.
Saludos!!!!
